Los muchachos de Nunca Mais resucitaron el pasado fin de semana para manifestarse contra el terrorismo forestal. Han encontrado ahora el argumento que les había faltado hasta ahora: la Xunta no puede luchar contra los elementos. No lo dicen, pero lo sugieren: los peperos no soportan haber perdido el poder y han recurrido al terrorismo como forma de patalear.
Un argumento un tanto infantil, que probablemente se terminen creyendo por aquello del refranero : cree el ladrón que todos son de su condición. Pero los hechos desgranados en la web galicia liberal son tozudos: ha habido menos detenciones de pirómanos que otros años, y la Xunta ha desmantelado el anterior sistema de lucha contra incendios, sencillamente por su obsesión por barrer el fraguismo. Por el cambio fue su slogan electoral. Y parece que se han aplicado a cumplir su compromiso electoral, barriendo con todo lo existente, sin dar tiempo a establecer una alternativa razonable.