No duda de la fidelidad de los regulares de origen marroquí destinados en ciudad autónoma.
Mariano Rajoy ha presentado a Juan José Imbroda, el presidente de la ciudad autónoma de Melilla, en el Foro de Nueva Economía. Tanto el presidente del PP como el de Melilla han aprovechado la ocasión para resaltar la españolidad de las ciudades autónomas y para solicitar los mismos derechos que el resto de ciudadanos españoles.
Y es que a lo largo de sus palabras, Imbroda se ha mostrado en desacuerdo con la mayoría de las medidas que el Gobierno ha tomado en relación con Melilla. Por eso, ha deseado que Rajoy pronto sea el nuevo presidente del Gobierno para que la situación mejore. Y es que la situación laboral es dramática porque casi el 25% de la población está en paro, la mayoría jóvenes y mujeres. Esto está generando unas bolsas de desesperación muy grandes, y las perspectivas de salir de esa situación son limitadas. Si a eso se añade que muchos de los desempleados son de origen bereber, se entiende que puedan darse conflictos a corto plazo.
Es en esta situación donde la incompetencia del Gobierno y su presidente, en palabras de Imbroda, se hace notar más. El presidente de Melilla ha afirmado que la diplomacia exterior es muy débil y muestra su incompetencia al no saber defender los intereses de España. Uno lo entiende mejor cuando en el pasado ha oído al anterior ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, referirse a Ceuta y Melilla como ciudades marroquíes. A lo mejor tienen mucha razón Rajoy e Imbroda al querer subrayar la españolidad de esas ciudades, ante quienes ya las consideran alauitas.
Porque, como ha dicho Imbroda, Melilla ha sido española desde 1497, cuando no existía soberanía en ese territorio, por lo que no era de nadie, y de esa manera Ceuta y Melilla no sólo son frontera por la geografía, sino también por la historia. Pero lo que puede preocupar algo es quiénes deben defender su españolidad en un primer momento en caso de conflicto. Pese a que Imbroda afirme que confía plenamente en la lealtad de las tropas regulares de origen marroquí destinadas en la ciudad autónoma, los temores son comprensibles. Esperemos que no se llegue a un conflicto. Para eso, la declaración de Imbroda es muy clarificadora: Me declaro amigo de Marruecos pero pido que esa amistad sea franca y leal. Pero como él mismo ha dicho, la exagerada prudencia de España es vista como debilidad por Marruecos.
Andrés Velázquez
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