Con esa tarjeta de presentación algo tiene que decir en la actual crisis de liquidez, o crisis de confianza, según se prefiera: "Lo que no podía ser es lo que venía ocurriendo, con bancos que prestaban a empresa cuya deuda superaban 6, 7 y hasta ocho veces los recursos propios, que trataban con igual alegría a hipotecas avaladas e hipotecas de alto riesgo. A veces, los bancos no sabían ni quién era su acreedor. Así que yo creo que la crisis va a servir para colocar a cada cual en su lugar… y terminará cuando, como dicen en mi pueblo, distingamos a las churras de las merinas". El único problema consiste en saber cuántos inocentes pagarán por tamaña ligereza bancaria.
Respecto a las consecuencia económicas, Galán lo tiene claro: "la economía española va bien y las empresas generan resultados". Respecto al sistema crediticio, "la banca española ha tenido mucha suerte porque la demanda de hipotecas en el país ha sido de tal magnitud que los bancos no han necesitado prestar fuera, así que conocían al prestatario final".
Y la economía bien, pero no tanto: "Soy optimista: la economía española seguirá creciendo a ritmo próximo del 3% aunque se reducirá su diferencial con Europa".