Sr. Director:
"Con el nuevo estatuto no tragamos". Así de claro se ha expresado el presidente de una de las fundaciones empresariales más importantes de Cataluña, la Fundación Roviralta, al anunciar el traslado de su sede a Madrid.
No son los únicos. Desde la aprobación del nuevo estatuto catalán se está produciendo un goteo constante de empresas que están decidiendo irse de Cataluña. El fuerte intervencionismo que el texto estatutario confiere a las autoridades autonómicas para injerirse en la labor empresarial, la imposición de un marco legal excesivamente regulado y estricto en numerosas cuestiones y la desconfianza en la situación política creada en Cataluña están llevando a muchas empresas a plantearse la decisión de trasladar su sede a Madrid.
Un año tras la aprobación de este polémico estatuto, sus efectos negativos para Cataluña y su economía no son invención de malvados anticatalanes sino una realidad desgraciadamente constatable.
María Calvo
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