Aunque Holanda se presenta como pionera en la legalización de la eutanasia, parece ser que algunos la encuentran todavía insuficiente. Bajo el lema: Por voluntad propia, una iniciativa ha propuesto que el Parlamento discuta la legalización del suicidio asistido para los mayores de 70 años que estén ya cansados de vivir.
Dicen haber reunido 125.000 firmas, más que suficientes para que el Parlamento deba debatir la cuestión.
La iniciativa confirma que la expresión pendiente resbaladiza refleja bien la trayectoria del movimiento pro eutanasia. En Holanda se empezó por legalizar la práctica de la eutanasia para los enfermos terminales, alegando su dolor y falta de calidad de vida; luego se admitió que también cabía aplicarla cuando un sufrimiento psíquico hacía la vida insoportable, aunque el enfermo no estuviera aquejado de una enfermedad en fase terminal.
Al principio se dijo que, por supuesto, la eutanasia tenía que ser voluntaria; luego se vio como reveló el informe Remmelink que abundaban los casos en que se ponía fin a la vida del paciente sin su petición explícita, cuando el médico decidía porque el enfermo o sus familiares no estaban en condición de hacerlo. En los últimos años, la eutanasia se ha empezado a aplicar también a recién nacidos con defectos congénitos graves.
Y es que cuando se entra en una espiral anti vida es muy difícil salir, sino es intentando profundizar cada vez más en la misma espiral. Pienso que Holanda nos puede servir de ejemplo, hemos entrado en la misma espiral.
Enric Barrull Casals