Sr. Director:
La falta de urbanidad e higiene públicas habituales en la villa de Madrid convierte en urinarios públicos cualquier esquina, recoveco o entrante de sus calles y edificios y muy especialmente los contenedores habilitados para recogida de papel y vidrio. 

La falta de lluvias y la ausencia de riego urbano dan como resultado, además del espectáculo asqueroso, una fetidez insoportable y un peligro para la salud pública.

Con estas líneas, si llegaran al alcalde y a sus concejales, les envío mi ruego de que además de multar a los guarros de turno, se apliquen medidas agudas de limpieza sobre los detritus que dejan los mencionados cafres.

Agua y lejía a chorro, a ver si propios y forasteros podemos pasear por Madrid sin tener que taparnos las narices.

Jesús Sáiz y Luca de Tena 

jjeslt@telefonica.net