El titular del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional admite a trámite la querella de Pérez Escolar contra el presidente del Santander, Emilio Botín, su consejero delegado, y responsable del equipo que reflotó Banesto, Alfredo Sáenz, el ex gobernador Luis Ángel Rojo y el presidente de la patronal bancaria (AEB), Miguel Martín. El juez ordena abrir diligencias. Recordemos que el denunciante considera que en el caso Banesto se dio una malversación de caudales públicos por valor de 1.960 millones de euros. Si Garzón encuentra indicios de delito, todo el panorama bancario español daría una vuelta de campana
El titular del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional ha dictado un auto que puede cambiar todo el panorama bancario español y en concreto la intervención de Banesto realizada por el gobierno socialista de Felipe González en 1993. El juez ordena a la Fiscalía abrir diligencias para comprobar las acusaciones del querellante Rafael Pérez Escolar, ex consejero del Banesto intervenido. Como ya informamos en su día, Pérez Escolar imputa a los querellados un delito de malversación de caudales públicos por valor de 1.960 millones de euros (327.000 millones de pesetas) más un delito fiscal por valor de 1.570 millones de euros (262.000 millones de pesetas). Todo ello tras una operación de reflotamiento de la entidad que salió por 4.500 millones de euros (750.000 millones de pesetas).
Entre los querellados figura Emilio Botín, presidente del SCH, como banco que se hizo con Banesto y con las ayudas públicas para reflotarlo. Junto a él, el hoy número dos de la entidad, el consejero delegado Alfredo Sáenz, que capitaneó el reflotamiento, así como el entonces gobernador del Banco de España y hoy consejero del Santander, Luis Ángel Rojo, además del entonces subgobernador y hoy presidente de la patronal bancaria AEB, Miguel Martín.
Le llamamos Banesto II al presente caso porque en el Banesto I se juzgó a los directivos de Mario Conde, mientras ahora lo que se pone en tela de juicio es la labor del Gobierno, que financió con dinero público el reflotamiento y la del gran beneficiario de ese dinero público, que fue el Banco de Santander. Como en su día dijo Emilio Botín tras absorber el Español de Crédito, ahora sólo quedamos cuatro grandes bancos, que en breve fueron tres tras la absorción del Central Hispano por el banco cántabro.