Los que le conocen aseguran que está quemado. El, padre de la patria, rector de la Carlos III y cuna del saber había aceptado el cargo de Alto Comisionado para las Víctimas como una especie de retiro dorado, un cargo decoroso como guinda a una vida dedicada a los demás. Pero hete aquí que la AVT no se ha sentido identificada con sus actuaciones, que eso de pedir gestos de perdón sin que supuestamente haya entrega de armas, tregua o arrepentimiento, no ha sido bien entendido por las víctimas. Y afirmar que trabaja para el Gobierno y que por eso no puede asistir a una manifestación de las víctimas ha sido la guinda.
Además, la AVT está muy molesta porque Peces Barba ha cortado y pegado muchas de sus propuestas. En resumen: que no hay feeling entre representantes y representados y que Peces Barba se encuentra muy quemado por las peticiones de dimisión y ha planteado ya su cese. Es tanta la animadversión entre ambos que los dos rechazan sentarse en la misma mesa si saben que está el otro, aunque esta sea universitaria, e incluso aunque esta universidad sea en la Carlos III.
El candidato mejor posicionado para sucederle es Francisco Llera, un hombre del PSE y eterno responsable del euskobarómetro. Para Llera ir a Madrid a asumir responsabilidades estatales le motiva. Sobre todo porque ya está cansado de bregar con las tensiones propias de un CIS autonómico.