• En contra de lo que dicen SEPLA, STAVLA y los sindicatos de tierra, el consejo impuso a Conte una serie de condiciones: que IAG fuera una empresa con sede en España.
  • Además, el consejo rebajó hasta el 45/55 la ecuación de canje.
  • Ahora, el verdadero peligro consiste en los cambios del consejo de mayo, donde los británicos podrían tomar mayoría.
  • El Gobierno no acepta que los británicos tomen el control pero tampoco creen posible la fisión.
  • Y todo con la perspectiva de la huelga de 15 días convocada entre el 18 de febrero y el 22 de marzo.

Por mucho que lo nieguen el SEPLA, las 'seplillas' y los sindicatos de tierra, lo cierto es que el anterior presidente de Iberia -anterior a la fusión con British Airways- se marchó porque intentó entregar Iberia a la aerolínea inglesa. La historia -repito, en contra de la que cuentan interesadamente los sindicatos- sucedió de la siguiente manera.

Durante las negociaciones de fusión entre las dos compañías, el entonces presidente de Iberia, Fernando Conte (en la imagen), estaba dispuesto a echarse en manos de los ingleses sin apenas condiciones. Tan malo era el acuerdo que Conte estaba dispuesto a firmar, que el consejo de Iberia se negó a aceptarlo. Incluso, alguno aseguró que si se llevaba a cabo, dimitiría. Entonces, el consejo impuso una serie de condiciones irrenunciables por las que tenía que pasar el acuerdo de fusión con British.

A saber: que el canje no fuera menor de 45/55 (45% Iberia, 55% British); que la sede de IAG estuviera en España; que el consejo de la nueva sociedad fuera paritario y que el fondo de pensiones de British no se pagara con dinero de Iberia.

¿Saben qué hizo Conte No aceptó estas medidas y se marchó. Fue entonces cuando llegaron Antonio Vázquez y Rafael Sánchez Lozano, dispuestos a exigir estas condiciones a British para llevar a cabo la fusión. Los ingleses aceptaron.

Ahora, el verdadero peligro se presentará el próximo mayo, cuando varios consejeros deben renovar. Será entonces cuando los ingleses podrían copar la mayoría de los puestos y romper así la paridad en el consejo. En este punto, el Gobierno español no acepta que los ingleses tomen el control de la compañía, pero tampoco creen que a estas alturas sea posible la fisión. Fisión que, por cierto, no evitaría el plan de ajuste de Iberia, que se tendría que llevarse a cabo fusionada o en solitario.

Y todo esto en vísperas de una huelga de 15 días, convocada entre el 18 de febrero y el 22 de marzo. De hecho, este viernes, Iberia y los sindicatos establecerán el calendario de negociaciones sobre el ERE que afectará al 19% de la plantilla, esto es, a 3.807 trabajadores. Por su parte, la ministra de Fomento, Ana Pastor, podría reunirse esta misma tarde con los sindicatos.

A lo largo de este conflicto, la ministra ha manifestado en varias ocasiones que España no se puede permitir una huelga de Iberia. Por eso, Pastor ha pedido una y otra vez que dirección y sindicatos se pongan de acuerdo. Cosa que, como se ve, no ha sucedido.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com