Sr. Director:

En este día de acción de gracias por los 85 años que cumple Benedicto XVI, llenos de tantos frutos agradables a los ojos de Jesucristo, nuestro Señor, sus hijos no podemos, ni debemos, dejar pasar la ocasión de pedir al Señor, con alegría y esperanza, por la persona e intenciones de nuestro muy querido Santo Padre. Benedicto XVI es el pastor universal que nos "apacienta": "Apacentar quiere decir amar, y amar quiere decir también estar dispuesto a sufrir.

 

Amar significa dar el verdadero bien a las ovejas, el alimento de la verdad de Dios, de la palabra de Dios, el alimento de su presencia que Él nos da". Son palabras del Papa con que iniciaba el camino de su servicio universal, palabras que dibujan su mismo pontificado. Así es este gran hombre en quien vemos "restaurada" la razón y la inteligencia, la verdad del hombre que se realiza en la caridad, inseparable de Dios, Creador y Redentor que ama a los hombres.

Un programa apasionante, el único posible: dejar que Dios actúe y lleve a cabo su designio, ayudando, como servidor fiel, a que se cumpla, con Jesucristo y como Él, como buen pastor que carga nuestra humanidad sobre sus hombros hasta la cruz; porque así es Benedicto XVI, pastor conforme al corazón de Dios, que lleva sobre sus hombros todo el peso de la humanidad, con un amor que sólo Dios conoce, silenciosamente, zarandeado y castigado por la incomprensión y los ataques de tantos que no saben lo que hacen.

¡Felicidades, Santo Padre! Hoy en especial, y todos los días rezo por su Usted para que el Señor le conceda abundantes gracias, y frutos de paz y santidad para la Iglesia y el mundo entero.

Elena Baeza