Lo tiene muy dicho: reconversión sin pérdida de empleo.
Como todas las constructoras, FCC, que celebró el jueves 25 Junta General de Accionistas en Barcelona, está pasando momentos duros. Volcado en los servicios, especialmente a municipios, su presidente, Baldomero Falcones, asegura que muchos de esos servicios son imprescindibles -recogida de basuras- que otros van acoplados a una tasa y que, en resumen, el periodo de pago de los ayuntamientos permanece igual, no muy bien, pero no ha empeorado. Además, el peso de la presencia internacional de la compañía es cada vez más fuerte pero, en cualquier caso, hay crisis para todos. Pues bien, casi tres años después de estallar las hipotecas basura, Esther Koplowitz, accionista de referencia y en la práctica dueña de la empresa, ha conseguido mantener su plantilla prácticamente incólume, ahora mismo, 93.000 trabajadores en el extranjero y 60.000 en España.
Orden de la propietaria y vicepresidenta: la reconversión debe hacerse por otras vías, nunca a costa de despedir gente. Una cosa casi extraña.
Eulogio López
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