El cementerio nuclear supone importantes ahorros para el Gobierno: 700 millones frente a los 1.750 millones de las piscinas. La seguridad en ambos casos es la misma, aunque desde el Gobierno se advierta del peligro de las piscinas. Irresponsables.
Políticamente, lo interesante es cómo el asunto nuclear hace saltar todas las costuras. Puede que la gente entienda que hace falta un almacén centralizado, pero nadie quiere tenerlo en su casa. Es como las prisiones. Así que Barreda se tira al monte y rechaza la idea de tener el almacén en Yebra (Guadalajara). Bono, que ni pinta ni corta, avala a Barreda. Y ya puestos, Cospedal protagoniza un enfrentamiento con la pinza Arenas-Mato a cuenta del almacén. Los problemas de la bicefalia de Cospedal.
Pero la bronca no queda en Castilla la Mancha. También en Cataluña, Montilla se revela contra la decisión de Ascó y se muestra abiertamente contrario a la decisión. En medio de la polémica interviene la silente ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa (¿alguien la conoce?) para advertir que el Gobierno respetará la autonomía municipal. O dicho de otra manera: nos importa muy poco lo que digan o piensen las CCAA. Un discurso incompatible con el pronunciado por De la Vega el pasado viernes en el que apelaba a la necesidad de alcanzar el máximo consenso. A esta filosofía se suma Zapatero quien este mediodía abogaba por aprobar una infraestructura necesaria para el país "dándonos tiempo y con el máximo consenso". Por cierto que el presidente también ponía encima de la mesa la ausencia de disciplina en los dos grandes partidos.
