Aguirre echa en cara al Gobierno la mala gestión de los Indignados y reivindica el mismo derecho de Cataluña y país Vasco

 

La guerra entre la Comunidad de Madrid y el Ministerio del Interior es ya abierta. La demanda de mayor seguridad para Madrid es casi tradicional, pero Interior no ha considerado necesario aumentar el número de efectivos.

Por eso, Esperanza Aguirre, en plena precampaña, ha decidido meterle el dedo en el ojo al nuevo ministro del Interior, Antonio Camacho. La presidenta de la Comunidad de Madrid se pone en plan autonomista reclamando el agravio comparativo con respecto a las comunidades que, como País Vasco y Cataluña, tienen policía propia. Aguirre aprovecha también la indignación popular contra los Indignados, que se ha vuelto contra el Ministerio del Interior, ya que se entiende que la actual política fue marcada por Rubalcaba. Los propios sindicatos de Policía denuncian el escaso margen que les dejan las autoridades políticas.

Frente a estas cuestiones, Camacho se enroca en la cuestión económica y asegura que no tiene sentido una policía autonómica madrileña, sobre todo porque saldría demasiado cara a los ciudadanos.

Mariano Tomás

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