Con ello, las elecciones resultarían anuladas.
Vergonzoso pero cierto. Tras la victoria de Porfirio Lobo, en unas elecciones que, dejando a un lado el conflicto institucional, han resultado limpias y a las que ni tan siquiera Hugo Chávez ha logrado poner pegas, España utiliza la Cumbre Iberoamericana de Estoril para plantear un plan de injerencia espuria en los asuntos internos de Honduras. El canciller Miguel Ángel Moratinos, al que se suponía volcado en el secuestro de tres cooperantes españoles en Mauritania, ha tenido tiempo para plantear, en los prolegómenos del acto, un plan por el que se nombraría un Gobierno de salvación nacional -nada que ver con el Gobierno de unidad que defiende el ganador de los comicios casualmente nombrado por la comunidad iberoamericana. Ello conllevaría, naturalmente, la anulación de las elecciones.
Al final, lo que pretende el plan Moratinos, apoyado por el también presidente Zapatero y en una reunión en la que está presente SM el Rey de España, es convertir a Honduras en un protectorado panhispano.