Endesa, la primera compañía del sector eléctrico español, ha sido también la primera en dar cuenta de sus resultados, referentes al ejercicio 2003. Y la verdad es que han sido unos resultados un tanto flojos. Los ingresos se han reducido en un 3,45%. Por otra parte, es cierto que el endeudamiento de la compañía presidida por Manuel Pizarro, una de sus principales asignaturas pendientes, se ha reducido en un 24,2%, o 5.497 millones de euros en cifras absolutas. Ahora bien, ahí habría que descontar las emisiones de deuda subordinadas y participaciones preferentes. Sólo en esta última modalidad, Endesa ha emitido 1.500 millones de euros. Por otra parte, y quizás esto sea lo más importante, las inversiones se han reducido en un 37,4%. Dicho de otro modo, Endesa ha invertido 2.482 millones de euros cuando todo el beneficio bruto consolidado alcanza los 2.427 millones. Es más, a esto habría que añadirle las desinversiones realizadas durante 2003, que han sido de 2.409 millones de euros. Eso sí, se ha mejorado la estructura financiera de Enersis y Endesa Chile, cabecera de todo el grupo iberoamericano de Endesa.

En definitiva, Endesa se ha enrocado para amortizar su deuda y mantener las inversiones más necesarias, especialmente en distribución. En este sentido, en la compañía afirman que no hay peligro de apagones, al menos en sus zonas de cobertura. Pero sí recuerdan que si se producen fallos en el suministro, no será por la capacidad de generación en el sector, sino por los problemas burocráticos que, especialmente los ayuntamientos, interponen para mejorar el abastecimiento.

Por otra parte, el consorcio de telecomunicaciones Auna, del que Endesa posee más del 30%, no ha dado los resultados apetecidos. Auna mejora, especialmente a través de Amena, pero aún no aporta nada positivo a las cuentas de sus socios. Y esto no deja de ser importante en el caso de Endesa, dado que Manuel Pizarro tiene más confianza en el futuro que su consejero delegado, Rafael Miranda.