La libertad de los padres de elegir escuelas para sus hijos favorece a la sociedad, porque mejora la enseñanza del país. Lo cuenta como hecho relevante el diario económico The Wall Street Journal.
La Universidad de California del Sur ha examinado en profundidad los centros financiados con fondos públicos, pero gestionados por padres y profesores. En estos colegios estudian jóvenes pertenecientes a minorías étnicas y a familias con bajos ingresos disconformes con el bajo nivel académico de las escuelas públicas donde antes estudiaban sus hijos.
En estos colegios estadounidenses –muy parecidos a nuestros concertados- las aulas son más pequeñas que las de los centros públicos y hay menos alumnos por aula. Lo que por sí mismo no garantiza el éxito, pero si ofrece una mayor rentabilidad del gasto educativo. Es decir, que estos centros convierten en calidad y prestigio los impuestos destinados a la educación.
El estudio demuestra que los alumnos de los centros concertados, donde los padres y profesores llevan la gestión económica, tienen mejor rendimiento académico que los de los colegio públicos.
Otra explicación de su éxito es que contratan a menos profesores con la certificación para dar clase en la escuela pública. A los sindicatos de profesores no les gusta mucho esta forma de proceder, porque ellos siempre han defendido la certificación y una rígida escala salarial basada en los años de experiencia.
Clemente Ferrer Roselló
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