La conversión de la mutualidad MAPFRE en sociedad anónima se está convirtiendo en una carrera de obstáculos para los clientes-mutualistas, lo peor de todo es que la compañía que lidera José Manuel Martínez, una vez conseguido el permiso de la Asamblea para la conversión mantiene una opacidad informativa total. Por ejemplo: si es usted cliente de MAPFRE pruebe a intentar cobrar su fondo mutual. A pesar de que el plazo vence el quince de septiembre, en las oficinas de MAPFRE nada saben al respecto. Recapitulemos. Se supone se supone todo, dado que no existe otra información que la facilitada por los miembros de comunicación- que a los cuatro millones de mutualistas (contando los que lo fueron hasta hace tres años) se les da a elegir entre recibir un dinero del fondo mutual o acudir al canje de su condición por la de accionista. Se supone que si optan por la primera recibirán 100 euros, lo cual tiene su gracia, porque estaríamos hablando de un fondo mutual que no alcanzaría los 400 millones de euros cuando el valor bursátil actual de la Corporación MAPFRE, es decir, de una parte del Sistema MAPFRE casi decuplica esa cantidad.

Ahora bien, cuando el mutualista acude a la página web o al 902 correspondiente no le facilitan información alguna. Si acude a alguna sucursal de MAPFRE los empleados afirman no tener ni idea de lo que se les está diciendo y dan largas al cliente, las largas que no le dieron cuando solicitaron su delegación de voto para la Asamblea de la conversión celebrada el 15 de junio. Eso sí, si el mutualista ha optado por la conversión en sociedad anónima, es decir por el trágala de Martínez entonces sí que le saben dar referencias.