Los periódicos están demasiado alineados en España como para que puedan resultar un termómetro fiable. Los medios electrónicos gozan de más libertad. Si nos atenemos a estos últimos, deberíamos concluir que el primer debate electoral entre los cabezas de lista del PSOE y PP, José Borrell y Jaime Mayor Oreja, se saldó con una victoria del primero. Sin embargo, la impresión de Hispanidad.com es que no ganó ninguno.

 

El método elegido, con tiempos matemáticamente establecidos, sin posibilidad de contraste ni de interrupciones, puede resultar muy equitativo, pero poco aclaratorio: aquello no fue un debate, fue una sucesión de monólogos en la que el candidato socialista aprovechaba que contaba con el último turno de palabra.

 

De Europa se habló poco, pero hasta en algunos círculos socialistas ha sorprendido el servilismo confeso de José Borrell hacia Francia y Alemania. Borrell llegó a advertir que los que no valoran el esfuerzo económico de franceses y alemanes al presupuesto común europeo son unos "ingratos", y si se trata de españoles unos "irresponsables". Si se aplicaran estos principios "borrellianos", se excluiría cualquier tipo de solidaridad, tanto en el seno de la Unión como de cualquier país miembro. Es como si los andaluces debieran estar agradecidos a los catalanes por ser más pobres que ellos en la redistribución de rentas que se canaliza a través del Estado.