Ya no hay corrillos -'canutazos', en la jerga profesional- entre periodistas con políticos, mandos militares y Familia Real durante la celebración de la Pascua Militar (6 de enero). Los periodistas no han sido invitados y, en este caso, la responsabilidad corresponde a la Casa Real.
En otras palabras, la monarquía se apunta la moda censora: los poderosos se parapetan de la opinión pública con unas relaciones absolutamente programadas con los intermediarios de la información, esto es, con los periodistas: ruedas de prensa sin preguntas, filmaciones sin participación de los redactores literarios y nada de canutazos. La libertad de prensa se reduce de forma peligrosa en todo el Occidente libre.
A bodas me convidan, pensó la titular de Defensa, Carme Chacón. Con la frivolidad que caracteriza a la titular de Defensa, la ausencia de corrillos fue aprovechada para humillar nuevamente a los militares, recordando que el presupuesto militar se reduce, a pesar de que aumentan las muertes en misiones en el exterior y, encima, les impone más obligaciones a la hora de discernir entre objetivos militares y civiles. Justamente cuando la guerra del Tercer Milenio es una guerra terrorista -como se está viendo en Israel- donde los guerrilleros-terroristas se refugian detrás de la población civil para golpear al adversario.