El año 2010 acabó con noticias como el salvamento de PRISA, que se produjo gracias a Liberty. Sin embargo, Liberty es algo más que un fondo dedicado a comprar empresas para obtener rentabilidad gracias a su reestructuración.
Sin ir más lejos, su consejero delegado Nicolas Berggruen es un personaje al que se debe tener en cuenta. Su patrimonio de 2.200 millones de dólares le sitúan en el puesto puesto 164 entre los más ricos de Estados Unidos, según la revista Forbes.
Como Berggruen no tiene casa, tiene que vivir en hoteles, de modo que puede dedicar parte de su patrimonio al think-tank llamado Nicolas Berggruen Institute. En él figura Felipe González como miembro del Consejo para el Siglo XXI, un grupo formado por diversas personalidades con el objetivo reconocido de reemplazar a otros lobbies como la Comisión Trilateral o el Club Bilderberg (eso sí que es más que un club).
Dice el Instituto Nicolas Berggruen de su Consejo para el S.XXI: Lo que debería distinguir a este grupo de otros como el Interaction Council, los Mayores (The Elders), el Club de Madrid, o la Comisión Trilateral sería no sólo el buscar la participación de personalidades chinas influyentes. () El grupo estará orientado a la acción: intentará conseguir lo que se propone. La formación de este grupo es uno de los primeros pasos hacia uno de los objetivos clave del NBI: promover la institucionalización de una perspectiva a largo plazo, con el bien común en mente, dentro de los estados nación y globalmente, de forma muy parecida a la que un mandarinato meritocrático, un senado o una cámara alta debería hacer en las teorías de buen gobierno. En definitiva, su objetivo es controlar lo que ocurre en el mundo sin someterse a las incómodas normas de la democracia.
Mariano Tomás
mariano@hispanidad.com