Tras unas "vacaciones" en Doñana -para no perder las buenas costumbres- Zapatero ha salido a los medios. Un pelín tarde, porque algunos de sus afiliados como Gotzone Mora, habían exigido su comparecencia inmediata la misma noche del jueves 30 de diciembre. A cambio, Zapatero había ofrecido la de su ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla. Pero no es mismo. Por eso en los protocolos de crisis se recomienda que se queme siempre el subordinado inmediatamente superior. Y ZP es un hombre de protocolo.
En fin, el caso es que ZP salió por fin a decir que "todo dentro de la Constitución y nada fuera de la Constitución". Eso sí, diálogo y talante a todo pasto. ¿Sobre qué? ¿Con quién? ¿Para qué? Eso no lo ha explicado. Pero la política son gestos, además de presupuesto. Y ahí va ZP con el suy Encuentro con Ibarreche en Moncloa. Y a lo mejor hasta con ikurriña incluida.
Generoso en gestos con el lehendakari y deficitario con la oposición. El encuentro con Rajoy será posterior. Para no crispar, dice. ¿Quién crispó primero? La aprobación del plan secesionista del País Vasco es todo un desafío al Estado de derecho. Y frente a un desafío a la convivencia ciudadana, hace falta la aplicación del Estado de Derecho. De todo el derecho. A no ser que hayamos dejado de creer en el derecho como ordenador de la vida comunitaria.
Desde que se produjo la crisis el pasado jueves 30 de diciembre, el PP ha instado al Gobierno a que recurra al Constitucional. La foto conjunta de Zapatero y Rajoy acudiendo al alto tribunal habría sido todo un gesto. Pero Zapatero se escabulle. Dice que no quiere agotar cartuchos antes de tiempo, que el plan no pasará en las Cortes generales. Sin embargo, desde la oposición se critica que Zapatero no haya querido presentar el recurso porque "está atado" por ERC que ha apoyado sus presupuestos y planea firmar un pacto de estabilidad el próximo mes de febrero. Y es que algunas hipotecas salen carísimas.