En la mañana del lunes 20, el precio del petróleo norteamericano se disparó hasta los 46 dólares barril, mientras el Brent subía 44 centavos en Londres hasta los 42,9 dólares.
Aunque ya nadie sabe por qué suceden las cosas, lo cierto es que muchos analistas apuntan a dos causas: el anuncio de la petrolera rusa Yukos de reducir sus exportaciones y la adversa climatología en Estados Unidos. No olvidemos que, a esos precios, el petróleo norteamericano se convierte en un gran negocio. En Madrid, el impacto fue bursátil: el petróleo se sumaba a las caídas del banco Santander y la operadora Telefónica para arrastrar los índices hacia abajo.