Los ‘espíritus animales' de Keynes están apaciguados
Los niveles de confianza norteamericana se encuentran por los suelos. Los mismos niveles marcados en 1973, en plena crisis del petróleo y con el Watergate de Nixon encima. Podemos poner en cuarentena la fiabilidad de los datos. Pero si nos fiamos de ellos, ni los empresarios observan expectativas de negocio ni los trabajadores en paro posibilidad de encontrar un empleo.
Decía Keynes que la inversión dependía más de los ‘espíritus animales' que de los tipos de interés. Es decir, que el empresario se anima a invertir cuando olfatea oportunidad de negocio. El dinero barato ayuda, pero no supone un factor decisivo. Así que aunque los tipos de la Reserva Federal se encuentren por los suelos, la inversión no va a despegar. Y eso significa que la creación de empleo también quedará estancada.
Nubarrones sobre la economía americana ya preanunciados por todos los organismos internacionales, incluida la Oficina Económica de Moncloa (David Taguas). Y lo peor es que generará un efecto arrastre sobre la economía europea y la dinámica economía de los países emergentes. Toca revisar las previsiones. Y de nuevo a la baja.