El primer reto del más que probable nuevo director del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, será la negociación de la deuda argentina. De momento, la posición del FMI sigue siendo inflexible. La directora interina, Anne Krieger, afirma que Argentina debe de reestructurar la deuda incumplida para asegurar un crecimiento futuro. Pero el Gobierno argentino ha asegurado que no sacrificará sus programas sociales.

 

El jueves, el ministro de Economía, Roberto Lavagna, señalaba, ante un grupo de banqueros reunidos en el Council on Foreign Relations, que no destinaría el excedente de superávit primario a mejorar el acuerdo con los acreedores. El primer destino de dichos fondos será rebajar el IVA sobre los productos consumidos por los más humildes. En caso de haber más margen se elevarían las pensiones más bajas, actualmente cifradas en poco más de los 70 euros.

 

La polémica surgió tras reportar el Gobierno Kirchner un superávit primario en el primer trimestre del año de 4.000 millones de pesos, muy por encima del compromiso acordado con el FMI de alcanzar un superávit primario de 1.186 millones.