El superautomóvil que las cajas de ahorros le han regalado a su presidente, Miguel Blesa demuestra, mejor que mil analistas técnicos o fundamentales sobre el balance de la entidad, el estilo de gestión de Miguel Blesa, un personaje nombrado por un político -su amigo Aznar- que se nos ha vuelto tan, tan profesional, que se niega a ser cesado por otro político: Esperanza Aguirre. Y su oposición es tan enconada que ha roto a su partido favorito, el PP, y sobre todo, está rompiendo la Caja de Ahorros de Madrid, antaño la más solvente del sector y hoy con serios problemas de mora, degeneración de recursos y, sobre todo, de política de inversiones.
Por la misma razón que Blesa ha adquirido un BMW serie 7 de medio millón de euros, con blindaje propio de Barack Obama, o lo que es peor, de Pérez Touriño, don Miguel ha convertido la entidad creada por el padre Piquer hace 200 años para proteger a los madrileños de la usura, en un banco de inversión metido a todo tipo de negocios de especulativos o de apalancamiento excesivo, esto es, las dos causas de la actual crisis. Conclusión: la mora disparada, la segunda más alta de todo el sector bancario y unos cocientes de solvencia francamente preocupantes.
Con su bólido, el pabú de Ussía, Blesa que se había ganado el papel de víctima de la pérfida Aguirre, gracias al traidor Gallardón y al pérfido Zapatero, unidos para aniquilar a su correligionaria-adversaria, Blesa ha dado un paso atrás. Ahora va a resultar más complicado que el alcalde de Madrid y el presidente del Gobierno (de quien depende la retirada del recurso de anticonstitucionalidad presentado contra la ley madrileña de cajas) obliguen a Aguirre a mantenerse en el cargo dos años más antes de cesarle.
Y es que a nadie le apetece consagrar a quien se compra, con cargo a la cuenta de resultados de una entidad mutual, un cojo-móvil de 500.000 eurazos, capaz de seguir funcionando tras un tiroteo. Pero conste que lo malo no es el bólido de Blesa sino su ampulosa gestión, más propia de una firma bursátil de Wall Street que de una caja de ahorros cuyo dividendo debe se destinado a obra social.
Como diría su amigo, o al menos lo era, Mister Aznar: ¡Márchese, señor Blesa!
Eulogio López
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