Con un PER del 7,3 a 31 de marzo, en la Junta de BME recuerda que el desastre bursátil deja pequeña a cualquier otra crisis que recuerdan los modernos operadores. Los resultados de Bolsas y Mercados Españoles (BME) han sido los esperados, sobre todo en una empresa que no se ha sumado a ninguno de los grandes proyectos de fusión euro-americanos y que, al mismo tiempo, contempla cómo le empiezan a surgir competidores, por el momento nimios, pero en un futuro, quién sabe.
No, mucho más importante es el discurso del ya veterano presidente de BME y de la Bolsa de Madrid, Antonio Zoido, discurso de imprescindible lectura. Zoido tiene un defecto: siempre une el devenir de la Bolsa al devenir del conjunto de la economía y del bienestar de los ciudadanos, cosa que nunca ha sido sincera pero que cada día es más falsa. Prescindiendo de ese detalle, el maestro de intermediarios bursátiles muestra una incomparable capacidad para certificar presente y futuro apoyándose en datos y, en el presente caso, en el informe del FMI más demoledor que se recuerda en toda la historia de la entidad. Y, en efecto, Zoido, aunque con la necesaria llamada a una no muy cimentada esperanza en el futuro, propia de quien ocupa su cargo, hace una dibujo feroz de la actual crisis bursátil, con una Bolsa de Madrid más barata que nunca, con un PER del 7,3 años, en el nivel más bajo de los últimos 30 años y sin muchas trazas de recuperarse. En definitiva, que la crisis financiera es más importante que la empresarial, lo cual, aunque Zoido discrepe por razón de cargo, no es mala noticia.
En cualquier caso, el optimismo, sólo para gobernantes.