Sr. director: 

Arnaldo Otegi ha definido a la perfección el planteamiento del PNV en la actual situación, con  su grotesca manifestación "ETA no": se trata de un nuevo Pacto de Santoña. Para los despistados aclararé que durante la guerra civil, el PNV vendió de la forma más miserable a sus aliados de la izquierda, pues no sólo entregó a los gudaris, dejando a sus aliados al descubierto y abriendo el frente, sino que indicó a los fascistas las vías más adecuadas para atacar a esos aliados, los mismos que se habían batido en Vizcaya a su lado, derramando su sangre en la lucha contra el enemigo común. El PNV actuó así con la esperanza de conseguir ventajas políticas para  él a cambio de su traición. Es cierto que luego los fusilamientos y la  represión sobre los nacionalistas fue menor que en Asturias, por ejemplo, pero fue una recompensa muy miserable para una traición tan grande.  Son hechos bien demostrados, seguidos luego de otras traiciones en el exilio, como aprovechar los viejos lazos para espiar a los republicanos para la CIA.

Ahora estamos asistiendo a un manejo parecido. Durante muchos años no ha sido el nacionalismo burgués del PNV, sino la lucha y el sacrificio de la ETA, lo que ha hecho avanzar en Euskal Herria un nacionalismo de nuevo tipo, socialista, y de ello se han aprovechado también los dirigentes del PNV, recogiendo todas las "nueces" que han podido, como explicaba con toda desvergüenza Arzalluz. ¿O es que han sido gente como él, Ibarretxe y toda esa pandilla de negociantes y explotadores  los que han atemorizado y hecho retroceder al gobierno de Madrid, hasta permitirnos vislumbrar ahora mismo la solución definitiva y auténtica de las reivindicaciones vascas?  No. Es precisamente porque ven esa salida por lo que quieren desviarla por una vía que les permita retener todos sus privilegios, su red de complicidades y negocietes, amparada en última instancia por el gobierno español. Durante muchos años han sabido beneficiarse de la acción armada, y ahora, tomando a nuestros gudaris por criados, quieren despedirlos cuando les parece.

Pero no habrá otro Pacto de Santoña. O mejor dicho, esta vez no les saldrá. Ibarretxe está tan equivocado como Aznar, creyendo que acabará con el movimiento popular vasco por la libertad y el socialismo.

Mª Luisa Santamaría