¿En qué se nota que existe un sistema mediático, un pensamiento único en los medios informativos? Pues, por ejemplo, en la escasa atención que han prestado al Congreso Mundial Provida celebrado en Zaragoza durante el pasado fin de semana? No porque fuera congreso, sino porque era en defensa de la vida del no nacido.

Pero no exageremos la fortaleza de los medios. Los abortistas se empeñan en repetir que éste es un debate de hace 30 años, pero no consiguen que el debate termine. Los defensores de la vida son nefastos organizando congresos y protestas pero han conseguido mantener la hoguera encendida en los cinco continentes durante décadas, han conseguido que toda la humanidad, absolutamente toda, se pregunte si abortar es asesinar.

En consonancia con el Congreso celebrado en mi querida Mañolandia, el ministro del Interior del Gobierno Zapatero, Alfredo Rasputín Rubalcaba si les das la espalda, te la clava- la ha emprendido con los guardias civiles que se atrevieron a investigar a la Clínica Isadora, un trasiego de cadáveres humanos pequeñitos, pero tan abundantes que con ellos podría hacerse un nuevo Auschwitz sí, he visitado Auschwitz-. Rubalcaba quiere terminar con los números de la Guardia Civil que se atrevieron a investigar a un abortorio-matadero. Es lo que se llama imponer el terror. Lenin, a quien algunos consideramos el maestro de nuestro Rasputín, sabía mucho de eso.  

Es igual, Rubalcaba no podrá evitar todas las denuncias ni aterrorizar a todos los policías, ni acongojar a todos los fiscales ni pactar con todos los jueces, ni dictar todas las portadas de El País (bueno esto entra dentro de lo concebible y aun de lo imaginable). Todo su mariachi no ha caído en la cuenta de que se enfrentan al enemigo más potente de todos: la evidencia.

Del Congreso, me quedo con el concepto del argentino Jorge Scala -¿Cómo podremos vivir sin argentinos? ¿Cómo podremos sobrevivir con argentinos?-: megagenocidio. Un concepto interesante, porque genocidio es el intento de acabar con una raza, lo de los nazis con los judíos, y eso es muy grave pero el aborto no pretende acabar con una raza, sino con todas las razas: con la raza humana. Es el genocidio de los genocidios, el macrogenocidio, el mega-genocidio. El aborto, vino a decir Scala, no es más que el odio al hombre, no a la vida, sino a la vida racional y plena, libre, que representa el ser humano. En ningún crimen, en ningún genocidio, la víctima es culpable, pero es que en el caso del nascitirus, ni tan siquiera le ha dado tiempo a poder tener culpa de algo.

Por tanto, la batalla por el concebido y no nacido representa la lucha más noble que puede afrontarse en el momento presente. Más noble aún que la lucha contra el homomonio, que pretende destruir la familia, más que contra el racismo, más que contra la miseria, más que contra la tiranía. Además, sin derecho a la vida no comienza a correr el reloj del resto de derechos.

Y sólo eche de menos una cosa: el salario maternal. El movimiento provida debe convencerse de que hasta los aborteros pueden tener razón en algo. Sólo un poquito y se trata además, de una verdad interesada, pero conviene reseñarla- me refiero a cuando los heraldos del homicidio más cobarde aseguran que ninguna mujer aborta por gusto. Sí, ya sé que es algo como lo de los asesinos: sólo los psicópatas matan por gusto. No busco justificación al aborto porque no la tiene. Simplemente digo que para derogar todas las leyes abortistas que en el mundo son, es preciso ofrecer una contraprestación. Y esa contraprestación debe ser el salario maternal, pagar a la madre por aportar a la sociedad lo que la sociedad más necesita: hijos. Porque el aborto no sólo es un crimen nefasto y cobarde, sino que supone el fin de la civilización. Una sociedad que odia la vida es una sociedad suicida. Si surgen hombres y mujeres, sobre todo estas últimas, valerosas, capaces de tener hijos a pesar de lo difícil que se lo pone el mundo, es evidente que el Estado debe resarcirles como lo que son: verdaderas salvadoras del género humano.

El salario maternal constituye la gran conquista social pendiente para el siglo XXI- De hecho, por ahí van a los tiros, en Francia, Bélgica, Irlanda, etc. En España no, claro está, porque gobierna el PSOE y el principal partido de la oposición es el PP. Y de donde no hay no se puede sacar.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com