El objetivo era que el 23 de diciembre la línea ICO para la financiación del circulante de las pymes estuviera en marcha. De esta manera, las empresas con dificultades financieras podrían haber cerrado el año con el balance más saneado. Pues bien, las prisas no permitieron cumplir con el objetivo. Al fin y al cabo, el propio presidente del ICO, Aurelio Martínez, reconoció que la plantilla estaba tensionada. Y tanta tensión no permitió llegar a tiempo.
Así que los préstamos han comenzado a estar operativos este miércoles 7 de enero. No hay mucha diferencia temporal, pero el cambio del calendario resultaba sustancial. Entre otras cosas, porque muchas entidades que negociaban la deuda de las empresas han aprovechado para apretar las tuercas y forzar un concurso de acreedores. Y eso significa contingencias empresariales añadidas y probablemente incremento del paro.
Desde hace meses los empresarios -y el presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán- están pidiendo apoyo para la financiación del circulante. La pidió el PP de Montoro cuando el Gobierno anunció las ayudas a los bancos. Pues bien. La evidencia de que la financiación a los bancos no se traduce en crédito nuevo para empresas y familias es la que ha provocado la necesidad de esta nueva línea de crédito que muchos pequeños y medianos empresarios estaban esperando como agua de mayo. Nunca es tarde si la dicha es buena, pero siempre es mejor no llegar tarde. Sobre todo si el retraso multiplica la mortalidad empresarial.
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15/12/24 07:00