Sr. Director:

 

Recientemente el ex presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, nos ha impresionado con dos declaraciones. En la primera se sorprendía con la acelerada pérdida de la moral de la sociedad, y en la segunda se quejaba por el radicalismo de la campaña de CiU en estas últimas elecciones.

¿Por qué? es la primera pregunta que deberíamos hacernos. ¿Qué ha pasado en Cataluña? En primer lugar, convendría reflexionar sobre el término "moral", esta podría considerarse como un conjunto de principios que permiten al hombre vivir como lo que es, un ser racional. Aquí en Cataluña, adoptamos el término de "seny" (sentido común) para hacer referencia al obrar en consecuencia de esa moral. El "seny" era la necesidad de un pueblo para obrar conforme al bien. Esto permitió que los catalanes desarrollásemos una tradición atada a la "terra", pero esta "terra" no era una simple extensión sino la suma de una serie de virtudes y defectos que nos definían. Esta "terra" es la patria, la tierra de nuestros padres.

 

Pero CiU ha acabado con ese "seny" catalán, al crear una nación que en nada se parece a la Cataluña histórica, se ha producido la crisis de esta sociedad que ha perdido su identidad. Es cierto que, al principio, no quería llegar a estos extremos, pero ha educado a una sociedad en este sentido. Por este motivo, debe aceptar lo inevitable que ya no es el más nacionalista. Su misión ha sido preparar a la gente para dar un paso más allá y, por eso, ahora ha caído en un pozo del que, posiblemente, ya no podrá salir. Por este motivo, debe aceptar que el verdadero heredero de Jordi Pujol, no es Artur Mas, sino Josep Lluís Carod Rovira.

 

Ese es el drama de la historia, nos guste o no ahí está y el reinventarla sólo puede llevar a la perdida de la identidad de un pueblo. Curiosamente Julio Anguita hizo unas declaraciones muy parecidas, cuando después de su retirada de las esferas políticas, volvió a la educación.

 

Alfred Subirana