El Gobierno Zapatero se ha mostrado muy crítico con las declaraciones del consejero delegado del Santander Central Hispano (SCH), Alfredo Sáenz, que pedía el desmantelamiento del Estado del Bienestar en Europa. El responsable de Trabajo, Jesús Caldera, advirtió que se sentía "muy orgulloso de un continente que ha sabido combinar crecimiento económico y solidaridad".

 

Pero esa no es la razón que alegaba Sáenz para su "curiosa" propuesta. Sáenz advertía que no era posible mantener el Estado del Bienestar con una Europa envejecida. En lo de envejecida sí que tenía razón, pero ni Sáenz ni Caldera están dispuestos a aceptar algo tan simple como esto: la bomba demográfica no consiste en que haya mucha gente, sino en que haya pocos jóvenes. Eso es lo que rompe el equilibrio de las cuentas públicas y del Estado del Bienestar. El peligro no está en la superpoblación, sino en la baja natalidad. Este es el verdadero problema de Europa.