- Los resultados de 2013 abocan al sector a la reconversión. El problema ya no es solo la deuda, sino el relevo generacional.
- Las fusiones son muy difíciles, por tratarse de empresas familiares, pero tendrán que empequeñecerse y desinvertir.
- Acciona es la que atraviesa ahora un momento más delicado con enfrentamiento interno entre los Entrecanales.
- FCC. Reconversión inteligente hacia basuras y aguas.
- ACS. Necesita reconvertir su deuda y alejarse de las renovables aunque sea malvendiendo.
- Sacyr. En Panamá no ha ganado, se ha salvado. También aquí la jibarización es vital.
- Acciona. Ojalá mantengan el poder los Entrecanales pero, al igual que Florentino, José Manuel Entrecanales tiene que bajarse los humos y vender más hasta centrarse en una especialidad: no se cuál pero una.
- OHL. Detener el crecimiento acelerado que conlleva y clara la sucesión. Villar Mir tiene que dejar de acaparar galardones y proyectos y detener el proceso de endeudamiento.
- Ferrovial. Aclarar el enfrentamiento familiar, Rafael frente a Joaquín, y seguir por la reconversión ya empleada.
Y lo cierto es que se trata de un sector que, tras los malos resultados de 2013 está llamado a reconvertirse. Ojo, esto no significan fusiones que casi nunca arreglan nada. La reconversión temática, reconversión de deuda, es decir, jibarización. No tienen por qué ser con fusiones. De hecho, sería malo, entre otras cosas porque el sector es propiedad de familias. Y eso es bueno.
Además, no lo están haciendo mal. Lo que ocurre es que han crecido con fuerte deuda y cuando los pedidos se han reducido se han dado de bruces contra la realidad.
Ahora mismo las construcciones son el sector que más preocupa al Gobierno. Por ejemplo, la ministra Pastor no cede y está dispuesta a llevar a la liquidación las autopistas radiales con tal de no poner un euro de dinero público para reflotarlas. Y tiene toda la razón.
Ahora bien, eso exige al sector una reconversión sin ayudas. El que peor situación actual atraviesa es Acciona, con unas pérdidas históricas en 2013 y, sobre todo, con un problema en lo que llegó a convertirse en un monocultivo: las energías renovables. Y como donde no hay harina todo es mohína, han vuelto el enfrentamiento entre los primos José Manuel y Juancho Entrecanales. Para ser exactos, el primero está ahora contestado por toda la familia. Eso sí, ha clamado al mercado, que le ha aceptado las promesas de desinversión; el problema es que los Entrecanales pierdan el control de Acciona. Pero esa es otra historia.
FCC también ha presentado pérdidas históricas en 2013 y aún tiene pendiente concluir su refinanciación, sin embargo, y esto es lo curioso, es la que más decidida tiene su hoja de ruta: se va a jibarizar y se va a dedicar a basura y aguas, su especialidad. El proceso de desinversiones está más avanzado que ninguna otra. No obstante, todavía no ha salido del agujero.
La ACS de Florentino Pérez (¡Oh capitán, mi capitán!) fue en su día la principal constructora del mundo. Ahora no sale de un lío para meterse en otro. Además del enfrentamiento entre sus socios, especialmente entre Pérez y los March, lo cierto es que el problema consiste en acelerar las inversiones y, tras la fracasada conquista de Iberdrola, deshacerse de la división de Renovables es algo que resulta especialmente difícil después de la reforma eléctrica del Gobierno Rajoy.
OHL era la constructora con un balance más saneado. Pero ahora le urge detener el crecimiento acelerado que lleva y aclarar la sucesión, enfangado con el fichaje de Josep Piqué, que no ha gustado al vicepresidente, hijo y sucesor, Villar Mir de Fuentes.
Juan Miguel Villar Mir tiene que dejar de acaparar galardones y proyectos y detener el proceso de endeudamiento del Grupo OHL.
Sacyr no ha ganado en Panamá, sólo se ha salvado. También aquí la jibarización es vital, así como el proceso de reducción de deudas. Manuel Manrique está obligado a seguir desinvirtiendo y especializarse, aunque lo peor parece haber pasado. Por el momento, retiene su inversión de casi el 10% en Repsol. Además, no tiene mala cartera en su negocio básico, la construcción.
Queda Ferrovial, que ahora mismo parece la más poderosa del Grupo, tras solventar la inversión en aeropuertos en el Reino Unido que le situó al borde del abismo. Eso sí, deberá aclarar el enfrentamiento permanente entre Rafael del Pino y su hermano Joaquín. Un cosa es que Joaquín volviera al redil y otra cosa es que haya abandonado sus aspiraciones.
En resumen, un sector que fue puntero y hoy está abocado a una reconversión feroz, que conllevará seguir desinvirtiendo y reduciendo deudas. Por decirlo en pocas palabras, hacerse más pequeñito. La situación global del sector constructor, a día de hoy, sigue siendo muy, muy delicada.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com