Las CCAA se muestran seriamente incómodas

Ya hemos informado que el Estado ha aprobado unos fondos de Dependencia que tan sólo cubre en la mitad de su compromiso con las CCAA. El objetivo –señala De la Vega- es que los grandes dependientes alcancen una renta ligeramente superior a los 1.000 euros. Pero el Estado sólo aporta cerca de 250. Se supone que las CCAA deben de aportar la misma cuantía. Sólo que de esa manera no se alcanzan los 1.000 euros por cada gran dependiente. Así que el problema se traspasa a las CCAA que deberán de financiar con sus propios recursos los gastos derivados de la Dependencia.

El modelo no puede ser peor. Porque la Dependencia es una competencia traspasada. La legislación estatal introduce elementos uniformizadores, lo que está bien. Pero sin embargo, no aporta la financiación para cubrir la mitad de los gastos, tal y como se había comprometido.

Por ejemplo, la Comunidad de Madrid esperaba percibir de los fondos estatales de Dependencia 46 millones de euros. Ha recibido 23, exactamente la mitad, lo que supone apenas el 3% del presupuesto que el gobierno regional destina a Dependencia. Una miseria.

¿Cuál es la razón de esta racanería? La oposición de Solbes. El vicepresidente siempre se ha mostrado contrario de lo que De la Vega vende pomposamente como "la cuarta pata del Estado del bienestar" sencillamente porque hay que pagarla. Admitió a duras penas que el año pasado se presupuestaran 100 millones de euros y ahora ha aceptado duplicar "que no es poco" que diría don Pedro. Así que finalmente el asunto quedará en 220 millones de euros, 200 repartidos con criterios objetivos y otros 20 repartidos entre las comunidades con menos renta (casualmente los feudos socialistas).