La crisis no puede afrontarse con una devaluación, pero se paga en puestos de trabajo

El déficit de la balanza por cuenta corriente español aumentó en 2007 hasta los 106.201 millones de euros, un 25,3% más que el año anterior, según los datos ofrecidos por el Banco de España. En 2006, el déficit de la balanza por cuenta corriente fue de 84.736 millones de euros.

Este incremento se debió, principalmente, al aumento del déficit de la balanza de rentas, seguido del incremento de los saldos negativos de la balanza comercial y, en menor medida, de la balanza de transferencias corrientes. Una caída que no pudo ser compensada por el superávit, cada vez menor, de la balanza de servicios.

Para ponerse a la altura de las circunstancias, lo normal sería devaluar la moneda. Sin embargo, la pertenencia de España al Euro lo impide. No tomar una medida impopular no significa que no exista una enorme debilidad en la balanza de pagos, el elemento más flojo del cuadro macroeconómico español. Lo que no se paga en devaluación, se manifiesta en debilidad de las empresas españolas de cara al exterior y en la consiguiente pérdida de puestos de trabajo.