El expresivo Freddie Highmore, que nos encandiló como actor infantil en Charlie y la fábrica de chocolate o Descubriendo nunca jamás, nos demuestra que ha crecido sin perder un ápice de su naturalidad interpretativa.
El fatalismo del joven George le hace "pasar de todo", incluso de sus estudios, en un momento crucial: el último año de instituto. Sin vislumbrar un futuro claro, George se hará amigo de Sally, una complicada y atractiva compañera con la que descubre una gran afinidad…
El arte de pasar de todo a pesar de su sencillez argumental, y de que se estrena en España casi de puntillas con escasas copias (alrededor de 30), tiene el acierto de dar con el "pálpito" que anida en muchos adolescentes quienes, vacíos de motivaciones personales y de trascendencia, necesitan algo o alguien para seguir adelante. A este respecto el personaje de George se hace entrañable porque, dentro de sus contradicciones, es muy sensato en la valoración de sus actos, sobre todo cuando son equivocados. Merece la pena reparar en las conversaciones que mantiene con su madre, encarnada por una adecuada Rita Wilson.
La película, que tiene un toque actual al sufrir la familia de George las consecuencias de la crisis económica, en su tono general es optimista y se beneficia de una pareja de actores jóvenes que encandilan a la cámara, puesto que a Freddie Highmore le secunda muy bien Emma Roberts.
Para: Los que quieran ver un drama juvenil del que no hay que "PASAR"