El materialismo clásico consideraba que los cuatro elementos de la naturaleza eran la tierra, el agua, el fuego y el aire. De forma analógica, los cuatro elementos del Nuevo Orden Mundial (NOM): aborto, homomonio, feminismo y puritanismo.

El NOM ya no se conforma con el aborto libre y gratuito: lo quiere obligatorio. En el Parlamento europeo se castigará a todos los países que con dinero y medios públicos no promuevan el aborto.

El homomonio o gaymonio se extiende por el mundo y la censura gay se impone sobre la libertad de expresión: manifestar una opinión contra la cochinada homosexual es delito de homofobia.

El feminismo, se une a la promoción de la homosexualidad, dado que el feminismo siempre acaba en lesbianismo y toda la ideología de género constituye un elemento clave para dividir a la humanidad en dos bandos e imponer la ideología de género, que ha destrozado la figura del padre y difuminado la de la madre.

Por último, puritanismo: las tiranías del futuro se harán en nombre de nuestra salud y de nuestra seguridad. Ya no se aconseja evitar el tabaco. Simplemente, se prohíbe. Respecto a la normativa sobre seguridad vial recuerden las fábulas literarias sobre las tiranías del próximo siglo, donde doctores con bata blanca explican al ciudadano que no pretenden juzgarle, sino curarle, evitarle los riesgos de la libertad.

Ahora bien, dentro de los cuatro elementos del NOM existen dos tendencias. Ambas coincidentes en un objetivo similar pero distinto: la primera pretende destruir a la Iglesia de Roma, la segunda conquistarla. A la primera obedece el anticlericalismo rabioso de zapatero, al que el presidente Obama ha puesto en un brete al invitar al Desayuno de Oración. La rabia anticlerical de ZP le ha llevado a pronunciar las siguientes y muy ilustrativas palabras: Hace tiempo que pienso que ni la religión ni la espiritualidad me van a resolver los interrogantes que tengo sobre el mundo, sobre nuestro origen y destino. Los interrogantes están ahí, dejemos que estén ahí.

Es la postura que podríamos denominar comodonismo o vegetalismo, es decir el deseo asumido de vivir como un vegetal. Salvo para golpear al cristianismo, momento en el que el vegetal se activa y comienza a moverse.

Enfrente, tenemos a Barack Obama, quien exhortó a los invitados al anterior desayuno a luchar unidos como hijos de Dios. Obama no tiene claro qué dice ese Dios y algunos sospechamos que tampoco tiene claro quién es, pero no puede prescindir de la figura divina a riesgo de que los norteamericanos prescindan de su figura presidencial, lo que debe ser cuidadosamente evitado.

¿Qué es mejor, el vegetal comecuras de ZP o Barack Obama el sincrético? A día de hoy, me parece más peligroso el sincretismo que viene de Washington. La postura Zapateril es de un materialismo, tan pedestre, tan vulgar, tan anclado de su abuelo al que los fascistas mataron en la guerra civil, que no puede ser secundado por nadie. Lo de Obama es algo más, un sofisma más alambicado, retorcido como una viruta, una puñalada trapera. Es un tipo que cita a Diso continuamente pero promueve el aborto y la utilización de embriones humanos como cobayas. Eclepticismo filosófico, o sea, una macedonia mental que podría resultar venenosa.

ZP estará feliz el día en que se quemen iglesias. De hecho, mira hacia otro lado cuando el llegan noticias del Tercer Mundo, o no tan tercero, donde se asesinan a los cristianos. Obama, por el contrario, aspira a ser un Papa laico.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com