Son gente buena, estos chicos. Los parlamentos alemán y finlandés ayudarán a salvar a tres bancos españoles (Bankia, Novagalicia y Catalunya Caixa) que perfectamente podrían no haber sido salvados.
Sin embargo, miren por dónde, los alemanes paralizan la verdadera ayuda, que consistiría en que el BCE o los fondos europeos adquirieran deuda española en el mercado secundario, ante el ataque de una especulación financiera dedicada a extorsionar a España e Italia como antes exprimió a Grecia.
Mariano Rajoy se ha echado en manos de Berlín y la canciller Angela Merkel (en la imagen) le ha propinado el abrazo del oso. En paralelo, los alemanes se dicen cansados de ayudar a España (¿qué ayuda?), mientras sus bancos y sus fondos se forran con la deuda que ahoga a los españoles. Es la feroz incongruencia de una Eurozona que tiene una sola máquina de hacer dinero, el BCE, pero 17 tesoros que emiten 17 deudas distintas. Ellos pagan al 1,5% gracias a que los españoles pagamos cerca del 7%.
También en Alemania aseguran que las economías débiles deberían marcharse del euro. De este euro insolidario sí, desde luego, aunque economías débiles deberían salirse del euro. De este euro sí, desde luego, aunque estos listillos saben que una vez que se ha estado dentro es muy difícil salir.
Sí, Rajoy debería dejar de confiar en el oso alemán y debería plantear, junto a Mario Monti, un ultimátum: o el BCE interviene en la deuda o los dos países deberían volver a la lira y la peseta.
Con ello no sólo ganarían España e Italia: ganaría Europa.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com