Las dos presidencias de la Unión Europea ya existen. Un presidente de la Comisión Europea que está subordinado a los Consejos europeos, presididos, por semestres, por cada uno de los jefes de Gobierno de los países miembros. En definitiva, la decisión de Chirac y Schröder es otro pasito más hacia la cesión de soberanía, especialmente por parte de Alemania, que se siente con derecho a dirigir la Unión Europea, antes y después de la ampliación. 50 años ha costado la unión monetaria: a este paso, otros 50 costará la unión política. Tal cual la plantean alemanes y franceses, la doble presidencia significa muy poco, por no decir nada. Otra cosa es que el presidente del Consejo tuviera más atribuciones. Otra cosa sería que el Parlamento tuviera una mayor capacidad de decisión y sus miembros no fueran elegidos por circunscripciones nacionales. Pero eso queda muy lejos...

Eso sí, Schröder, otro incorregible demagogo de la política europea, ha lanzado tan "espléndida" noticia horas antes de hacer público que la economía alemana está estancada (0,2% en 2002) y que el déficit fiscal germano se ha disparado por encima del límite, hasta el 3,7%, incumpliendo el Pacto de Estabilidad al que se había comprometido con sus socios europeos.