Según el Tribunal de Cuentas francés,
La verdad es que los bancos españoles ya comenzaron este proceso hace una década, y el negocio no ha resultado tan bueno como se esperaba. O se asume el riesgo de que el cliente no se muere a su debido tiempo (y, por lo general, no quiere morirse) o se encuentra ante la posibilidad de embargar a la tercera edad. Es igual, los franceses, desesperados porque tendrán que reducir su Estado del Bienestar, recurren a lo que sea. También a lo que ha fracaso al otro lado de los Pirineos.