Hace mal la vicepresidenta De la Vega en no leer Hispanidad. Y hacen mal sus servicios de prensa en no facilitarle los resúmenes adecuados. Porque resulta que la vicepresidenta no conoce el proyecto de mordaza que la CNMV pretende imponer a las compañías cotizadas obligándolas a comunicar previamente sus contactos con periodistas. Por supuesto -¿por supuesto?- la asociación de directores de Comunicación, ha aplaudido con las orejas. Más control sobre esos plumíferos que podrían dar mayor transparencia al mundo de la empresa.
Pues bien, cuando todo el periodismo económico y el mundo empresarial anda revoloteado por esta mordaza propuesta por el bueno de Conthe, resulta que De la Vega no conoce el asunto. Con un par. ¡No conoce el asunto!. Eso sí, en cuanto lo conozca, nos dará su opinión al respecto. Nos quedamos más tranquilos. Pero, ¿a qué espera para formarse opinión? He de recordarle que se trata de un órgano regulador y por tanto independiente; fíjese lo independiente que es que ni siquiera el gobierno tenía información al respecto.
Ahí te has pasado, Mª Tere. Porque una cosa es la independencia y otra que el Gobierno no tenga información. No sé por qué, pero me da que al ministro Solbes no le va a gustar mucho la respuesta. No es de recibo que el Gobierno no conozca una decisión trascendental para restringir la libertad informativa en el mundo de la empresa. Conclusión. Una de dos. O sí lo conocía y se ha hecho la longuis, en cuyo caso ha mentido; o no la conocía y la incapacidad del Gobierno supera los límites que todos nos habríamos figurado.