Repartirá el pastel con criterios de pesebre. Esta decisión se complementa con el plan de ayudas a los señores de la prensa. Tras la TDT de pago, las ayudas al papel. Probablemente vaya por una rebaja del IVA del 4 al 0%. El Gobierno apuntala el oligopolio informativo: una democracia de baja calidad con la información teledirigida desde Moncloa
Las televisiones han sido satisfechas. Hemos hecho lo que el sector nos estaba pidiendo, reconocía el propio Zapatero el pasado 28 de agosto. A saber: repartir licencias, permitir la fusión, eliminar la publicidad de la televisión pública y aprobar la TDT de pago. Y todo por decreto de urgencia. La Ley General Audiovisual se quedará como la Ley Residual Audiovisual, señalan gráficamente desde el PP.
Tras las teles, llega la prensa. Desde la Asociación de la Prensa se considera que el Gobierno es ajeno al papel, que está sólo preocupado por el mundo audiovisual. Es parcialmente cierto. Zapatero es un hombre audiovisual. Pero no es tan tonto como para pensar que el papel no importe. Por mucho que su tendencia sea bajista, sigue siendo el medio rey en influencia, aunque no en facturación. Ni tampoco en compilación de votos.
Así que la estrategia es doble. En primer lugar, centralizar la publicidad institucional de todos los ministerios y empresas públicas en la vicepresidencia política. El disfraz con el que vestirán el muñeco será la eficiencia en la gestión. La realidad es que el Gobierno quiere convertirse en el primer anunciante de España. Pero no en agregado, sino en realidad. Eso le ofrece un poder indiscutible. Y las formas sectarias de De la Vega son archiconocidas. Así que cabe esperar lo peor. Además, las empresas privadas ya han sido advertidas por el Gobierno que será la administración central el primer anunciante, el que marque la pauta, la tendencia, los mensajes.
Y desde luego, la advertencia a los editores es clara: necesitamos comprensión, apoyo, arrimar el hombro para superar la crisis. Si no hay comprensión, tampoco hay publicidad. Manguerazo para los periódicos.
La segunda parte de la estrategia de domesticación es el plan de ayudas a la prensa. Pero ayudas del siglo XXI, el plan sostenible. Lo de subvencionar el papel, ya no cuela. Lo de meter dinero a pelo, tampoco. Así que ahora la gestión de la Asociación Española de Editores (AEDE) pasa por tratar de recortar el IVA del 4 al 0%. La fórmula estará siendo gestionada por Fernández Galiano que sustituirá en noviembre a Pilar Yarza al frente de AEDE.
Y es posible que lo consiga. Aprovechando el totum revolutum en materia fiscal, algunos impuestos subirán y otros bajarán. El Gobierno puede vender bien esta media alegando además que otros países como Francia o Estados Unidos han ido más allá inyectándoles fondos públicos por considerarlos bien de interés general.
Obviamente, la medida beneficiará a todos. Y el manguerazo de De la Vega, también. De esta manera, el Gobierno puede vender a la opinión pública que están siendo respetuosos con el pluralismo informativo. La realidad de las cosas es que el Gobierno está apuntalando el oligopolio informativo. Habrá críticas al Gobierno, pero moderadas. Porque al final, el Gobierno será el responsable de un elevado porcentaje de la facturación sin el que no se puede sobrevivir. Es lo que se llama domesticación de los medios. Y así es como conseguimos caminar hacia una democracia de baja calidad o de escasa intensidad. Una sociedad parcialmente informada, domesticada y adormilada por el poder a golpe de publicidad y ayudas fiscales. Y por cierto, ¿por qué los medios que predican transparencia y sociedad de la comunicación no han abierto la boca? Nadie muerde la mano que le da de comer.