La dictadura castrista sigue con su estrategia de liberar presos con cuentagotas. El lunes 6 le tocó el turno al octavo, el periodista independiente, Jorge Olivera Castilla, fundador de la agencia Habana Press. Al mismo tiempo, prosigue el traslado a La Habana de presos para ser sometidos a un reconocimiento médico, pero las liberaciones se producen de manera muy esporádica, en un juego calificado por la Unión Liberal Cubana como de "cruel".
Todo parece apuntar a que la estrategia continuará hasta el 14 de diciembre, fecha prevista para que Bruselas revise su política común respecto a Cuba. Según señala el director general de Iberoamérica, Jesús Sandomingo, existe unanimidad en todos los países salvo uno -presumimos que la República Checa- de modificar la actual política de tensión diplomática. Sandomingo defiende que dicha política tiene un elevado coste para España porque nuestro país se queda sin un interlocutor válido.
Y mientras Cuba facilita que España pueda rentabilizar políticamente la nueva política respecto a la dictadura, Estados Unidos comienza la venganza por el cambio de rumbo. Eso sí, con cierto retraso. En junio le tocó el turno a Iberia, que fue sancionada con 8.200 euros por haber transportado a Costa Rica en el año 2000 un cargamento de cigarrillos de la tabaquera canaria CITA, que las autoridades norteamericanas consideraron de origen cubano por realizarse bajo licencia de la cubana Cohiba.
Ahora le ha tocado el turno al Santander Central Hispano, al que la Administración Bush ha impuesto una sanción de 14.925 euros por transferir fondos a Cuba en 2001 desde su filial de las Islas Bahamas. En ambos casos, la Administración norteamericana considera que se ha producido una violación de la Ley Helms Burton, que regula el embargo comercial a Cuba. Pero llama la atención que las actuaciones de los años 2000 y 2001 sean sancionadas precisamente ahora, tras las "patadas en las espinillas" gratuitas.