Sr. Director:
Mi más sincera felicitación por la carta: "Los hechos son tercos, la verdad mucho más: el obispo Reig rompe con la rutina".
Totalmente de acuerdo con lo que afirma. Sería de desear que este documento tan claro y que se ha atrevido a llamar a las cosas por su nombre; a poner el dedo en la llaga sin medias tintas ni ambigüedades, sea difundido y conocido. Realmente puede abrir los ojos de muchos a la triste realidad en la que se encuentra sumida la sociedad española con un deterioro tan importante en la familia. Ya podrían los políticos pararse a pensar un poco en lo que verdaderamente afecta y preocupa a la gente, que, en definitiva, son, fundamentalmente, estas cuestiones que tocan la fibra más profunda de la persona.
José Gil
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