Lo ha dicho Antxon Urrusolo, en la mañana del jueves, en Onda Cero, y pueden verlo en el resumen de radio y TV de Hispanidad.com: La figura de Goyo fue el principio de la libertad: decía que un banco no podía negociar con sus atracadores. Todo indica que Urrusolo estaba empleando una metáfora sobre la negociación del Estado de derecho con un grupo terrorista. Ahora bien, Goyo también denunció la cobardía de muchas empresas que pagaban el impuesto revolucionario a la banda para evitarse complicaciones. Gregorio Ordóñez era capaz de esa denuncia y de mucho más: de identificar a los paganos. Por ejemplo, todo el mundo sabía que durante los años duros de la transición, el Banco Bilbao pagaba mientras el Banco de Vizcaya resistía. Eso hizo que el segundo sufriera más de 100 atentados contra sus sucursales por ninguna el BB. El entonces presidente del BV, Ángel Galíndez se negó a pagar, y advirtió a los consejeros que deberían buscarse su propia protección. Uno de ellos, Javier de Ybarra y Bergé, lo pagaría con su vida.
Al final, los bancos vascos decidieron enfrentarse a la banda, pero siempre quedó una excepción: la Caja Laboral Popular (hoy Caja Laboral), del grupo Mondragón, la misma que avalara la fianza para que Arnaldo Otegi no fuera a prisión. Los inspectores del Banco de España están hartos de ver flujos que pasan de la Laboral a fundaciones y asociaciones proetarras, generalmente en forma de créditos que, casualmente, resultan fallidos.
Sí, Gregorio lo habría denunciado. Curiosamente, casi nadie habla de ello ahora.