El éxito de la Somalia ha disparado su popularidad de Estados Unidos pero, sobre todo, ha conseguido tapar su fracaso reciente. En su primera gira internacional, Obama paró en Estambul, solicitó a la Unión Europea que permita la entrada de Turquía en su seno- a lo que se niegan Francia y Alemania y apoya, entusiasta a nuestro ZP- y le tendió la mano al Islam.
La respuesta le llegó por partida doble: los norcoreanos lanzaban un misil y días después, Irán aseguraba que había concluido su programa de centrifugación de uranio, etapa clave en la construcción de bombas nucleares.
Lo de Corea no es ajeno al proceso, roque la dictadura del norte de la península de Corea es experta en coches propulsores. Ya saben, para entrar en el selecto club de países con armamento nuclear se necesitan dos cosas: bombas nucleares y cohetes que las transporten hasta el enemigo. Corea del Norte es quien proporciona el transporte a los ayatolás y necesita tener el producto bien probado.
En resumen, que los servicios secretos israelíes, una vez más, tenían razón, y los norteamericanos, una vez más estaban equivocados. Aquello decían hace seis meses que, en seis meses, los iraníes dispondrían de armamento nuclear, los norteamericanos hablaban de dos años. Mientras tanto, el sistema de diálogo y entendimiento de Obama y ZP ha dado este resultado: A Irán le quedan dos telediarios para disponer de arsenal mientras sus aliados de coreanos ultiman la puntería de transportadores que pueden llevar sus misiles atómicos, no ya hasta Israel, sino a toda Europa e incluso, dependiendo del modelo y siempre según la información de la inteligencia hebrea, a la costa este de los Estados Unidos.
Por el momento, esta es la respuesta a la mano tendida al Islam, a la propuesta de diálogo y el pacifismo de Obama, así como a la Alianza de Civilizaciones que capitanean el fundamentalista islámico Erdogan y el fundamentalista cristófobo que preside el Gobierno de España.
No sé si Obama se quedará quieto, pero me extrañaría que Israel lo hiciera. Tiempo atrás, un periódico británico afirmó que los servicios secretos británicos -verdadero coladero de información- sabían que los judíos preparaban un ataque con bombas atómicas pobres contra las instalaciones nucleares iraníes.
En cualquier caso, puede que Obama se quede quieto, pero Israel es un pueblo que lucha por su supervivencia. No, no se estará quieto. Para judíos creyentes o no, la Biblia no es una metáfora, es un hecho real. Un detalle: una de las lecturas de la vigilia de Jerusalén, correspondiente al profeta Ezequiel, donde se vaticina la historia de la Diáspora, el retorno... y lo que viene después del retorno. Puede que para Obama esto no tenga mucho valor, pero para los judíos sí. Y los judíos no están dispuestos a que los ayatolás les aniquilen mientras Obama prepara un diálogo constructivo.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com