Gran cabreo de los cuatro socios españoles con la actitud de British Airways. Caja Madrid y BBVA consideran un insulto los 3,6 euros por acción. La oferta no valora Iberoamérica. Además, exigen al comprador un plan industrial, que TPG aún no ha presentado. Y encima viene Lufthansa y lo rebaja hasta los 3 euros por acción. En Moncloa insisten: el mejor socio industrial es el actual equipo directivo y no va admitir cualquier comprador. El escaso capital flotante reduce el Efecto Endesa

Se complica, y mucho, la venta de Iberia. Dos de los cuatros miembros del núcleo duro de la compañía aseguran a Hispanidad que, de no surgir una oferta "inesperada", Iberia no se venderá hasta después de las elecciones generales, previstas para el próximo mes de marzo.

Lo que sí puede decirse es que, a día de hoy, los cuatro socios españoles  -Caja Madrid, BBVA, Logista y el Corte Inglés- han llegado a una especie de consenso no buscado, forzado por distintas circunstancias.

En primer lugar, todos ellos están enfados, y mucho, con sus compañeros de Consejo de British Airways, pues los británicos juegan "a todas las bazas". Recordamos que la aerolínea del Reino Unido se ha aliado con el fondo TPG para lanzar una oferta. En julio, el consejo estudió su única oferta, 3,6 euros por acción, y la sensación fue que más que una OPA hablábamos de "un insulto". Iberia vale mucho más, piensan los accionistas y, por si fuera poco, TPG-British no preparó un plan industrial.

Por si fuera poco, el candidato -ya no lo es- de Moncloa, Juan José Hidalgo, habló no de 3, lo mismo que los alemanes de Lufthansa. Como decía un representante de ese núcleo duro: que empiecen a hablar del doble de eso. Otro representante del cuarteto asegura que "la oferta no ha valorado el mayor activo de Iberia: su presencia creciente en Iberoamérica. Hoy en día, los viajes entre Europa y a Iberoamérica tienen dos aeropuertos de conexión: Madrid y Barcelona". Si a ello se le une la presencia creciente de Iberia en Estados Unidos…

Lo malo es que el "efecto Endesa", es decir, de cómo pasar de 19 a 49 euros por título, es más difícil de conseguir en una compañía con escaso capital flotante, precisamente por mor del propio núcleo duro.

Más dificultades: el Gobierno ha intervenido, aunque nadie sabe qué competencias tiene para hacerlo en una Iberia privatizada, la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez alega que vigilará la venta. Otrosí: los sindicatos temen una reducción de plantilla si Iberia acaba como filial de alguna otra compañía (hablamos de 24.000 trabajadores).

Y ante los posibles aspirantes (la británica BA, la alemana Lufthansa y la francesa Air France-Moncloa lo tiene claro: el mejor socio industrial es el equipo directivo que lidera Fernando Conte. También podía haberse dado cuenta un poco antes.

Conclusión: o alguno de los candidatos se descuelga con un subidón, o no habrá venta hasta después de las elecciones. Eso sí, el cuarteto no cierra el proceso que comenzará el pasado mes de febrero.

Y Magdalena vigilando.