Las andanadas de Clara Guzmán contra las operadoras pinchan en los tribunales
Acertadísimo el análisis que publicaba este lunes un medio económico (Expansión) sobre el furor sancionador de la CNC contra el sector de las telecos. Visto así, todo seguido y en negro sobre blanco, es verdaderamente sonrojante la actitud de la Comisión de Competencia en los últimos tiempos. Nada justifica esa animadversión que demuestra el equipo de Joaquín García Bernaldo de Quirós, y, me cuentan, en particular de la directora de Investigación, Clara Guzmán, contra las telefónicas. Como muestra, el botón de casi 120 millones que les metió a las tres grandes justo antes de Navidad por los precios de terminación de los sms.
Pero es que además su eficacia como organismo sancionador es nula, si comparamos las multas que impone con su éxito en última instancia. Los datos son demoledores: de los 12 expedientes que ha abierto contra los operadores, nada menos que ocho se han quedado por el camino. No reducidos los importes, no matizados, no. Anulados de forma completa y total por las autoridades judiciales, casi siempre la Audiencia Nacional pero en ocasiones también el Tribunal Supremo.
Si la tarea de la CNC es la de velar por la competencia, en el caso de las telecos están obrando fuera de lugar desde hace mucho tiempo. Se puede tildar al sector de muchas cosas, pero de anticompetitivo la verdad es que no. La consolidación de los operadores, la claridad en las reglas del juego y el espacio de crecimiento a las compañías pequeñas -OMVs- son realidades indiscutibles y demostrables, mes a mes, con los datos de la Comisión experta en el sector, la CMT, que, supongo, debe asistir estupefacta a la extralimitación continua de la CNC contra sus "tutelados".
No creo que ni la CNC ni por supuesto la Audiencia ni el Supremo estén como para malgastar recursos en tramitar multas absurdas que literalmente no van a ninguna parte. De hecho, nadie entendería el porqué de esa actitud de Competencia si no fuera -y esto también se explica muy claro en el análisis- por la necesidad de "encontrar un lugar al sol", ahora que está tan próxima la integración de los reguladores en un macro organismo integrado donde aún no está claro quién será el amo del calabozo.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com