- 120 millones de euros por atosigar a las 'telecos' pequeñas con el precio de los sms.
- Lo peor es que la CNC ha actuado de forma unilateral, de oficio, sin mediar denuncia alguna, ni siquiera de las supuestamente perjudicadas.
- En el sector recelan de la directora de Investigación, Clara Guzmán, que es quien manda realmente en la CNC.
- Y todo esto, a pocos meses de la creación del regulador único.
A ver si llega ya el regulador único, como quiera que sea, y por lo menos termina con esta pesadilla de intereses cruzados entre unos y otros que solo sirve para enturbiar el mercado y, quién sabe, engordar las arcas de algún indeseable.
Pero mientras, llega la Comisión Nacional de Competencia (CNC) y decide unilateralmente, de oficio y sin denuncia ni queja alguna de por medio, que los operadores móviles que tienen red -o sea, que han invertido en una infraestructura compleja y carísima- están atosigando a los pequeños con los precios de los mensajes cortos. Y por ese concepto, que, insistimos, no había sido denunciado por ninguno de esos operadores supuestamente agobiadísimos, multa a las tres telefónicas grandes nada menos que con 120 millones de euros.
La Comisión de Competencia tiene varios problemas, todos graves y que saltan a la vista. En primer lugar, un presidente, Joaquín García Bernaldo de Quirós, que no manda nada o casi nada, que apenas pisa las dependencias de la CNC y que bastante tiene con defender, cual Astérix, lo que le queda de chiringuito antes de la fusión de reguladores prevista para marzo.
En su lugar, el mando de la Comisión lo ha tomado la directora de Investigación, Clara Guzmán, que, según fuentes del sector, es cualquier cosa menos clara. Es más, las mismas fuentes aseguran que se trata de una persona con un especial interés en caer mal, o eso simula, ya que es de las que cree, como el conde Lucanor, que "si al principio no muestras bien quien eres, ya no podrás después, cuando quisieres", y ha decidido que su estrategia para que la tomen en serio es la de la agresividad en las formas y los fondos.
En el sector se quejan, además, de que las investigaciones de doña Clara terminan en multazos que, en primer lugar, ponen en cuestión la reputación y el buen hacer de compañías que viven tranquilamente en competencia, ellos y sus clientes y, en segundo lugar, pretenden sacar hasta 120 millones, como si no dijeran nada, de sus ya maltrechas cuentas de resultados.
Quién sabe, a lo mejor los tres Ceo's se plantan en la puerta de la CNC a esperar a Bernaldo de Quirós para pedirle explicaciones. Lo más seguro es que en el tête a tête, ni él mismo sabría decirles por qué han multado, por cuánto, cómo, dónde y con qué razones.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com