En su comparecencia ante el Foro Nueva Economía, el Consejero de Economía y Finanzas de Cataluña, Antoni Castells aseguró que considera impensable que ERC no suscriba el acuerdo sobre el Estatut, puesto que ha participado en la negociación y ha dejado su huella más que ninguna otra formación, incluso en los aspectos referentes a la financiación. Castells asegura, por tanto, que el Tripartito goza de buena salud.
Fue una de las pocas referencias a lo estrictamente político, ya que el resto de su discurso tuvo un carácter fundamentalmente económico. Por ejemplo, el consejero catalán aprovechó la ocasión para quejarse de lo que él considera un déficit importante de inversión del Estado en infraestructuras: menos del 10% para una población que supone el 16% y que aporta un PIB del 18%.
Lo curioso es que la queja venía después de toda una lección de proyecto federal, un punto intermedio entre la unidad y la separación en el que todas las comunidades tengan derecho al mismo nivel de servicios con independencia de su capacidad fiscal. El consejero catalán aclaró que debe existir solidaridad entre las regiones, pero que en ninguno de los modelos federales se produce la circunstancia de que una de las partes se quede por debajo de donde estaba, lo que en su opinión le ocurre a Cataluña. Castells insistió en que el actual modelo penaliza y desincentiva a las regiones cuyos ciudadanos aportan más.
La propuesta de Estatut, tal y como la entienden los socialistas catalanes, no tiene por qué suponer disminución de ingresos para nadie y tampoco debe ser un privilegio exclusivo de una comunidad autónoma: No queremos vetar, pero tampoco queremos que se nos impongan vetos. Antoni Castells parece identificarse con ese nacionalismo tradicional que, lejos de querer la separación, pretende que Cataluña sea la locomotora de España, y así lo ha expresado en una referencia vaga a una historia de España en la que supuestamente Cataluña ha sido precursora en muchos aspectos (eso sí, sin ejemplos concretos).
En lo que no quiso mojarse el consejero fue en la cuantificación del fondo de suficiencia del que dispondrá Cataluña tras la aprobación del Estatut: No se puede cuantificar hasta que se precisen los mecanismos de nivelación, aclaró, sin dar ni una sola pista.