Aunque personalmente no he sufrido todas las consecuencias del temporal de nieve y viento que han asolado una parte importante de Catalunya considero es muy lógica la indignación de los ciudadanos atrapados en sus vehículos, en los andenes de ferrocarriles paralizados o en su propio domicilio donde llevan días sin poder contar con cubrir las necesidades mínimas.
Además de los dos días en que los alumnos han estado sin poder acudir a los colegios. Con estos servicios no debe extrañar que la clase política catalana sufra una seria crisis de credibilidad, que se nota en la participación en las consultas electorales de todo tipo, también en el referéndum estatutario.
Echar la culpa a los elementos meteorológicos es una disculpa pueril que nadie acepta a estas alturas. Tampoco bastan las amenazas de sancionar a las empresas responsables del suministro eléctrico, culpar a los franceses de los atascos o a las previsiones meteorológicas, eludiendo así las propias obligaciones.
Lo cierto es que el tripartito pierde su tiempo lamentablemente en cuestiones que sólo importan a los políticos y en cambio es incapaz de actuar con un mínimo de eficacia ante las emergencias vividas por los ciudadanos de Catalunya en los últimos días.
Pedro J. Piqueras Ibáñez